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lunes, agosto 29, 2011

La vuelta al mundo rural pasa de largo en Granada


En la última década 82 localidades de la provincia han sido víctimas de la despoblación, asociada a la decadencia de la agricultura y a una geografía que aísla .


82 municipios granadinos se enfrentan al drama de la despoblación. Casi la mitad de las localidades de Granada, una provincia extensa, con una geografía que propicia el aislamiento y con unas infraestructuras que están lejos de cubrir las necesidades de todos sus núcleos de población, han perdido habitantes en la última década. Y algunos a un ritmo alarmante.

Las comarcas de Guadix y el Marquesado, el Poniente, el Altiplano y la Alpujarra son las más afectadas por la 'sangría' de habitantes que está dejando algunos pueblos vacíos y con un futuro poco prometedor. Granada, según los datos del padrón municipal publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se queda al margen del éxodo urbano -de la ciudad al campo- constatado por el catedrático de Sociología Benjamín García Sanz, director del primer estudio sobre el mundo rural. El informe Ruralidad emergente, posibilidades y retos, destaca que España "ha pasado de un mundo rural que perdía población a un mundo rural que gana habitantes y que vuelve a tener niños". Pero la vuelta al mundo rural no es el fenómeno demográfico que define a la población de Granada. Más allá de los municipios del Área Metropolitana -que cada vez tienen menos de rurales- y de los grandes núcleos de población (Granada, Guadix, Motril, Loja, Armilla, Baza, Almuñécar, Baza o Maracena), los pueblos de la provincia se enfrentan cara a cara con la despoblación.

Dentro de los 82 municipios que en la última década han perdido habitantes, los hay que sufren un descenso de población superior al 20%. Es el caso de Alamedilla, Algarinejo, Alicún de Ortega, Alquife, Cacín, Gor, Huélago, Polícar, Válor, Villanueva y Dehesas de Guadix. La mayoría de estos municipios se encuentran a más de 50 kilómetros de la capital, con comunicaciones muy deficitarias que los mantienen aislados y con economías basadas en gran medida en la agricultura, una actividad que no pasa precisamente por su mejor momento.

El alcalde de Huélago, Luis Ramírez, explica que la decadencia de la actividad agrícola está detrás de la pérdida del 36,2% de la población experimentada en la última década, la mayor de las registradas en toda la provincia. "En los pueblos habitualmente se ha vivido de la agricultura, que está francamente mal. Ahora los hijos de los agricultores prefieren salir fuera y buscar otro trabajo". Ni siquiera la mayor calidad de vida que ofrece el medio rural es capaz de contrarrestar la falta de empleo y cautivar a las nuevas generaciones. "Ahora mismo el 65% de la población tiene más de 60 años. Los jóvenes se van a otros sitios donde hay más trabajo y hay pocos nacimientos. En el colegio hay muy pocos niños", indica Ramírez.

La solución está en el mismo sector que de un tiempo a esta parte ha generado el problema de la despoblación en Huélago. "En el momento que se den buenos incentivos en la agricultura se podrá frenar. Nuestro empeño es modernizar las estructuras de riegos con las ayudas de la Agenda 2015 para poder producir hortalizas que sí tienen demanda y darle de nuevo valor la agricultura tradicional. Así vamos a hacer que la gente se quede y que incluso venga".

El turismo rural es la otra gran esperanza de los pueblos pequeños para frenar el éxodo y la falta de relevo generacional. Dehesas de Guadix, que en la última década ha perdido un 32,5% de la población -pasando de 641 a 433 habitantes- , no ve otra salida. El secretario del Ayuntamiento, Francisco Gómez, apunta que lo único que se puede hacer para frenar la emigración que sufre Dehesas es enfocar la actividad del municipio al turismo. "El paisaje es precioso y hay mucha vivienda cueva, así que es el único futuro", indica. En la última década, a medida que disminuía la actividad y el trabajo, Dehesas de Guadix ha visto cómo la "emigración temporal se ha convertido en definitiva". Antes los deheseños se marchaban por un tiempo a las Islas Baleares, Murcia o Almería en busca de trabajo, pero ahora se instalan allí donde encuentran empleo. La "rica" vega y la gran producción de olivar 'atan' a los deheseños a la tierra, porque los productores siguen contratando a inmigrantes que permanecen en el pueblo sólo durante el periodo de cosecha. El aislamiento no contribuye a que los jóvenes decidan quedarse en el pueblo. "Estamos lejos, a 37 kilómetros de la autovía", explica el secretario del Ayuntamiento, que añade que "la gente joven que estudia, que sale del pueblo, se queda en la ciudad".

En la provincia también hay municipios que en la última década han ganado nuevos habitantes. Más incluso que los que han perdido población. Según el padrón municipal, 86 localidades granadinas han aumentado su número de habitantes. Y lo han hecho a un ritmo más intenso, imprimiendo un si

Cuando se habla en el éxodo rural y en el aumento de la población, se piensa de forma automática en la capital. Pero, al contrario de lo que podría parecer, no es Granada la que se ha beneficiado del movimiento de la población provincial. Al contrario, la capital ha perdido en la última década 5.332 habitantes, un 2,2% del total, quedándose con una población total de 239.154 personas.

La falta de espacio y las dificultades para encontrar una vivienda asequible han hecho que los municipios cercanos a la capital sean los principales destinatarios del aumento de la población. En la última década Alhendín, Armilla, Churriana de la Vega, Cijuela, Cúllar Vega, Las Gabias, Güevéjar, Jun, Ogíjares, Otura, Polopos y Vegas del Genil han logrado aumentar un 50% su población empadronada, a la que habría que añadir los habitantes que, pese a residir en estos municipios, no se han registrado oficialmente como sus habitantes.

Cijuela, junto a Cúllar Vega ,Las Gabias y Vegas del Genil, es de los municipios con mayor boom poblacional. El alcalde, Antonio Bellido, asegura que la clave es que "en Cijuela se han estado haciendo bien las cosas". El pueblo, "llano, con calles amplias y con calidad de vida", dispone de todo tipo de servicios y está a apenas 10 minutos de la capital. "La mayoría de la gente del pueblo trabaja fuera, pero ahora se van empadronando y se sienten como cijueleños", asegura Bellido.

Intentar que los vecinos hagan vida en el pueblo es el objetivo del equipo de Gobierno de Vegas del Genil, el municipio que más ha crecido en la última década, triplicando su población al alcanzar los 9.102 habitantes. La alcaldesa en funciones, María del Carmen Ros, explica que el espectacular incremento del número de habitantes tiene mucho que ver con el boom de la construcción. "Se ha edificado mucho en los últimos años y, por cercanía y proximidad, la gente se viene desde Granada. Ahora mismo la nuestra es una ciudad dormitorio, los vecinos hacen poca vida aquí", indica la alcaldesa, que explica que el Ayuntamiento intentará cambiar las cosas en los próximos años. "La filosofía de nuestro equipo de Gobierno es prestar a los ciudadanos todos los servicios de los que están faltos", concluye.