14/09/2007 - 17:18
EP
Las tormentas de pedrisco de los pasados días han dañado cerca de 5.000 hectáreas de olivar en los municipios granadinos de Benalúa de las Villas, Montejícar y Colomera, con unas pérdidas en el conjunto de estos municipios del 40 por ciento de media de la producción de aceituna prevista para esta campaña, según informó Asaja en un comunicado.
En algunas explotaciones localizadas las pérdidas llegan al 50 por ciento y otras han sido arrasadas por completo. La producción, ya recortada en un tercio por la sequía y las heladas de 2005, empezaba a recuperarse en estas zonas y de los 40 millones de cosecha de aceituna en un año normal se esperaban recoger este año al menos dos tercios, alrededor de 24 a 25 millones de kilogramos de aceituna, que se verán reducidos por esta circunstancia climatológica adversa en cuatro millones de kilos. Con estos datos, el quebranto económico asciende a 24 millones de euros, según valoración de los técnicos de Asaja.
La actual situación en la contratación de seguros agrarios, con bajos rendimientos máximos asegurables, altas pólizas y periodos de contratación poco adecuados, no viene a solucionar la pérdida de los niveles de renta que ocasionan a los agricultores desastres naturales como éste.
En el caso concreto del olivar los rendimientos asegurados --media de kilos por árbol-- están por debajo incluso del 50 por ciento de su producción real y les hace imposible afrontar las pérdidas con las indemnizaciones que les corresponden.
Desde Asaja se considera por tanto necesario que las distintas administraciones estudien la puesta en marcha de un paquete de medidas fiscales --exenciones del IBI, condonaciones de pagos de la Seguridad Social y reducción de módulos de tributación-- con el fin de aliviar las cargas económicas de las explotaciones afectadas. Asimismo, la agraria insiste en la revisión de los seguros para ajustar los rendimientos a las producciones reales, con ánimo de que no caiga de nuevo en saco roto.
ÚLTIMAS TORMENTAS
Las tormentas de ayer también hicieron mella en los cultivos de olivar y frutales así como en caminos, carreteras y accesos a fincas en los municipios de Campotéjar, Guadahortuna, La Malaha y Escúzar, principalmente. Los daños aún están por determinar pero las consecuencias de las lluvias se han visto incrementadas porque se han taponado y cimentado los barrancos con movimientos de tierras y el agua no tiene por donde canalizarse. En otras ocasiones se han producido los desastres por el descuido de las Administraciones competentes en el mantenimiento de las infraestructuras de contención como ahora en Benalúa de las Villas con el río de las Juntas, lleno de malezas y troncos porque no se limpiaba desde hace 12 años o como sucedió en otoño del pasado año en el Barranco del Lobo que se desbordó y anegó el municipio de Huétor Tájar.
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