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miércoles, noviembre 09, 2011

Jaén fue El Hierro del Jurásico

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El catedrático José Miguel Molina muestra la zona donde se encuentran los basaltos volcánicos. Foto: Justi Muñoz.

Irene Bueno/Jaén
Hace 175 millones de años, cuando los dinosaurios dominaban La Tierra y el Jurásico era algo más que 'un parque', la provincia de Jaén estaba sumergida bajo las aguas de los océanos y, en su suelo, los volcanes generaban un fenómeno similar al que ahora acontece en la isla de El Hierro.

La Tierra es un planeta vivo y en continúan formación. Según el catedrático de Estratigrafía de la Universidad de Jaén, José Miguel Molina Cámara, de ello solo se acuerda la población en general cuando hay un terremoto o, como es el caso en estos momentos, cuando un volcán entra en erupción. Sin embargo, la tectónica de placas, que es fundamento de la Geología, se encuentra en el origen mismo del globo terráqueo.
Por ello, para José Miguel Molina Cámara, lo que sucede en estos momentos en la isla de El Hierro es importante pero no es novedoso en el contexto de la Geología. Explica que Las Canarias son islas de origen volcánico y que, en ellas sucede, desde hace siglos, pero también en la actualidad, un proceso similar al que ocurrió en el periodo comprendido entre 175 y 83 millones de años (entre el Jurásico Medio y el Cretácico) en una importante franja de terreno entre la provincia de Jaén y la de Granada.
Fue a lo largo de casi noventa millones de años cuando se formaron los primeros islotes entre la masa de agua sobre los que, posteriormente, mediante la sedimentación de los materiales y otros procesos, emergió el suelo de la provincia de Jaén y de Granada y desplazó los mares. Y es que la corteza terrestre y sus diferentes capas es un libro abierto para los estudiosos que saben interpretarla. Así, Molina Cámara señala que existe un “parque volcánico” muy interesante y, a la vez, muy desconocido cuyo afloramiento de basaltos (roca volcánica) más significativa se encuentra entre el término de Huelma y el de Guadahortuna.
En este se han encontrado lavas almohadillas que son rocas magmáticas de aspecto liso y redondeado. Estas se produjeron debido a que un volcán submarino, en aquellos momentos, entró en erupción. El magma al tomar contacto con el agua, que también estaba templada por la propia actividad volcánica, se enfrió poco a poco y adoptó estas formas curvilíneas. No obstante, los expertos también han detectado, en otros estratos, piroclastos, que son rocas también de origen volcánico pero más puntiagudas e irregulares. Estas se forman debido a que la sedimentación de la lava supera el ras del mar y entonces la roca magmática, que aflora a una gran temperatura, sale proyectada hacia el aire y vuelve a caer a la tierra. En este trayecto se enfría muy rápidamente y de ahí su aspecto irregular y arístico.
El experto señala que, además, existen otras formaciones similares en el tramo entre Montillana, Campillo de Arenas, Noalejo y Valdepeñas y otra también muy relevante entre Cuevas del Campo y Alamedilla, en el límite de Granada con Jaén.
El caso de Jabalcuz. José Miguel Molina Cámara explica que existe, además, en la capital, la “leyenda urbana” de que Jabalcuz es un volcán. Subraya que esta creencia es completamente falsa y apunta que la equivocación es fruto solo de intentar explicar el nacimiento de agua templada.
Molina Cámara aclara que lo que sucede en el paraje de Jabalcuz es que existe una gran falla en el terreno. El agua se filtra por las rocas calizas del entorno hasta llegar a una capa de arcillas impermeables. En este punto se deslizan hacia un acuífero que se encuentra a una gran profundidad —unos dos kilómetros bajo la superficie—. Allí se calienta debido al lugar en el que se encuentra y esta agua, a una temperatura de unos 30 grados, tiende a subir hacia la superficie empujada por la presión del agua fría que sigue accediendo al venero. El catedrático recuerda que ejemplos de este tipo de nacimientos hay varios dentro de la misma provincia jiennense.

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